
Estímulos visuales en la venta.
Al enfrentarnos a diario a nuestras gestiones de venta, no solo dependemos de nuestras habilidades comerciales, también dependemos innegablemente de la imagen que transmitimos en nuestro cliente.
Nuestra forma de vestir, los gestos y ademanes que utilizamos e incluso la forma de ladear nuestra cabeza al hablar pueden marcar una gran diferencia en nuestra gestión.
A continuación diferentes tipos de gestos.
Gestos emblemáticos
Este tipo de movimientos tienen una intención y un significado claros. Por ejemplo, cuando agitas la mano para saludar o despedirte, o apuntas con el pulgar hacia arriba para indicar que algo te parece bien. Si los usas, conseguirás generar dinamismo y complicidad en la charla.
Gestos ilustradores
Se trata de gestos intencionados que ejemplifican lo que estás diciendo, pero no tienen un significado universal. Van muy unidos a lo que dices, por eso debes usarlos adecuadamente. Por ejemplo, cuando estás enumerando varias opciones y usas los dedos para contarlas.
Gestos reguladores
Este tipo de gestos sirven para controlar el desarrollo de la conversación. Por ejemplo, cuando levantas un dedo o la mano para indicar que quieres decir algo, o asientes con la cabeza para pedir al cliente que siga hablando. Con ellos podrás manejar el desarrollo de la charla.
Gestos emocionales
A diferencia de los anteriores, no son intencionales. Se trata de gestos que revelan tu estado de ánimo y surgen de forma inconsciente, de modo que debes intentar controlarlos. Por ejemplo, bostezar de aburrimiento o “saltar” de alegría si el cliente accede a la compra.
Gestos adaptadores
Son gestos igualmente inconscientes que expresan tus emociones de una forma más suave y discreta. Por ejemplo, cuando estás nervioso empiezas a jugar con el bolígrafo, si te aburres miras a otro lado, etc. Se deben controlar, porque pueden dar sensación de poca profesionalidad.
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